Saben que el Solsonès está a punto de cambiar su historia y su economía para siempre. Hay una estación de esquí en marcha, a punto de estrenarse aquél mismo invierno. Será en las montañas de Port del Comte, y promete ser la oportunidad de sus vidas.
Trabajar de lo que aman, en una “oficina” al aire libre y enseñando el deporte que les tiene el corazón robado, el esquí.
De aquella reunión en otoño nace la Escola d’Esquí Port del Comte, que comenzará a andar en Navidad de 1973, el mismo día que la estación de Esquí abría sus instalaciones por primera vez.
Mucho ha nevado desde entonces (y nosotros contentos).